.png)
Cansada de tener que aparecer siempre perfecta y consciente de que la belleza natural también es bonita, Pamela Anderson lleva un tiempo acudiendo a eventos o posando en alfombras rojas con el rostro libre de maquillaje. Y lo ha vuelto a hacer. La actriz más famosa de Los vigilantes de la playa (1989) ha acudido a la gran after party de los Oscar con la cara lavada. Lo hacía, tal y como ella explicó, para reivindicar la naturalidad: "Estoy en una industria que realmente se centra en la belleza. Y pensé: 'Voy a desafiar la belleza'". "La belleza viene de dentro y no es necesario seguir el juego", ha confesado en más de una ocasión.
Y también sus padres. El hermano gemelo de Bayona que estuvo con el director en los Oscar y ha contado con su móvil el backstage de la gala. A sus 56 años, Pamela asegura que sigue gustándose tal y como es, sin fotografías retocadas. De hecho, demanda que la belleza sea natural. A su rostro sin una gota de maquillaje esta vez se le suma su media melena rubia también sin grandes artificios. En cuanto al resto del estilismo, ha vuelto a decantarse por un modelito elegante sin ser demasiado exuberante: un vestido largo de tipo túnica decorado con flores y cubierto de lentejuelas y transparencias que caía sobre su cuerpo sin ajustar la silueta. Una elección simple pero pensada para sumarle un toque de glamour a la naturalidad.
A su lado, su hijo Brandon Thomas Lee, de 25 años, el primogénito de Pamela y Tommy que ha trabajado como actor y como modelo. También es un emprendedor en potencia. De hecho, lanzó su propia línea de ropa llamada Swingers Club, que está inspirada en la ropa de golf de estilo retro preppy.
Tras la muerte de su maquilladora de confianza en 2019, Alexis Vogel, la actriz comenzaba una nueva andadura y empezaba a aparecer en los eventos públicos sin productos de estética. "Era el mejor. Desde entonces sentí que, sin Alexis, era mejor para mí no usar maquillaje", dijo Pamela en unas declaraciones que concedió poco después de conocerse la noticia.
Al tiempo se deshizo de su equipo de estilistas. "Mis hijos decían: 'Mamá, debes tener un equipo glamuoroso'. Y mis agentes decían: '¡Tienes que tener un equipo glamuoroso! ¿Dónde está el estilista?'. Yo digo, 'Sé cómo ponerme un vestido. No necesito que alguien me abroche la blusa'. Entendí esto. Y estaban horrorizados", dijo Anderson a Highsnobiety. Al margen de la belleza, la vida de la intérprete ha dado un giro radical y ha introducido otros cambios en sus aficiones. Ya no necesita grandes fiestas para pasárselo bien. En cambio, ahora se siente más feliz cuando está en casa trabajando en su jardín y alejada del foco de la noticia.
Tomado de: ww.elmundo.es