La ciencia despeja la duda: cómo deberías comerte una galleta oreo
Un nuevo estudio que publica Physics of Fluids analiza cómo girar las dos partes de un sándwich de galletas rellenas de crema, en este caso unas Oreo, para que no se rompan, e incluso establece por qué el relleno queda siempre en un lado que, además, no siempre es el mismo.
El estudio realizado por un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) caracterizó el flujo y la fractura de las galletas y vieron que la crema, cuya textura reológica es oficialmente "blanda", tiende a pegarse a un lado de la galleta.
Así confirmaron que al separar las dos galletas la crema queda solo en una. El equipo puso las galletas en un reómetro para medir la torsión necesaria para separarlas y cómo se distribuiría la crema. La autora principal, Crystal Owens, consideraba que si se giraban de forma perfecta el relleno se repartiría entre ambas superficies, pero “casi siempre” queda todo en un lado.
La mejor forma de separar limpiamente las galletas depende, según el estudio, de la velocidad de rotación. Si se giran con rapidez “se necesitará más esfuerzo y más estrés para separarlas", dijo Owens, por lo que recomienda hacerlo “un poco más despacio”.
Gana más de 410.000 euros tras demandar a su jefe por organizarle una fiesta de cumpleaños en el trabajo aunque pidió que no la hicieran.
Un jurado de Kentucky (Estados Unidos) ha dirimido que la empresa Gravity Diagnostics debe pagar al que fuera su empleado, Kevin Berling, 450.000 dólares (unos 417.000 euros) por celebrar su cumpleaños a pesar de que él pidió que no lo hicieran.
Al parecer, en 2019 el trabajador rogó a su supervisor que no celebraran ninguna fiesta, pues le ocasionaría mucho estrés. La empresa desoyó esta advertencia y realizó el evento, lo cual ocasionó un ataque de pánico al demandante.
Al día siguiente, el gerente le dijo que había "robado la alegría de sus compañeros" y dijo que se comportó como "una niña pequeña", algo que provocó un segundo ataque de pánico a Berling, tal y como rezaba la demanda a la que tuvo acceso Courier Journal.
Tras el juicio, celebrado en marzo, el jurado popular estableció que la empresa, situada en la ciudad de Covington, debía pagar 300.000 dólares por angustia emocional y 150.000 por los salarios que no cobró desde entonces.
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